Si
cada pasito que damos hace que el siguiente sea más fácil, ¿por
qué no sacar partido de esta inercia? Ya se trate de superar un
momento de pereza o de comenzar a caminar hacia una meta ambiciosa,
el asunto empieza igual... dando
el primer paso.
Lo
mismo podemos decir de otra serie de hábitos perniciosos como, por
ejemplo, cualquier adicción. También ocurre lo mismo cuando
empezamos a sentir miedo o inseguridad en una situación, a no ser
que hablemos de un hecho traumático.
Solemos
movernos despacio, dando pequeños pasos, tanto para salir adelante
como para retroceder. Eso hace que sea muy importante el día de hoy.
Quizás no notemos el avance de los pasos que hoy demos, pero los
pasos de hoy se sumarán a los de mañana e irán dibujando un
camino. Hagamos hoy nuestro
avance convencidos
de ello... ¿Te parece?
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