jueves, 3 de enero de 2013

Con la mochila al hombro: por las rutas verdes de España...

Como escribiera Antonio Machado en su poema, "caminante no hay camino, se hace camino al andar…", los de España son una inmejorable fórmula para acercarse a los rincones más diversos y pintorescos de nuestra extensa geografía. Con el condicionante y a su vez aliado entorno natural, el turismo verde ofrece una amplia oferta en la que solo hay que calzarse las zapatillas, coger la bicicleta, o cualquier otro sistema de movilidad sostenible, llenar la mochila de ganas de andar y adentrarse en la ruta deseada.

Sin duda, el Camino de Santiago es el que más visitantes tiene. Junto a él, la Ruta del Quijote y la Vía Augusta son las preferidas. Pero en España hay muchos más. Los hay en zonas costeras, como los que discurren por la Costa Brava catalana paralelos al Mediterráneo; o los que transcurren por zonas rurales poco habitadas como la vía verde entre Sevilla y Cádiz. Todos ellos con un mismo objetivo: disfrutar de la naturaleza sin contaminarla.

Desde el año 1993, el
Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha construido, dentro del Programa de Caminos Naturales, más de 4.300 kilómetros de estos caminos a lo largo de toda nuestra geografía. Construidos por antiguas infraestructuras de transporte y dedicados a usos senderistas, ciclistas y ecuestres, permiten el acercamiento de la población al medio natural, promoviendo su conocimiento y el desarrollo sostenible del medio rural.

Turismo y desarrollo rural

Antiguas vías de ferrocarril, canales, caminos de sirga, vías pecuarias, sendas e incluso antiguos caminos públicos vuelven a ser utilizados por una población que demanda cada día más el contacto con la naturaleza y disponer de espacios tranquilos en los que pueda ejercer actividades recreativas y deportivas alejadas del tráfico motorizado.

Estas infraestructuras vuelven a recuperar un papel en el desarrollo económico del medio rural, sobre todo a través del turismo. Desde el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino definen así el objetivo de este programa: "Mantener el uso público de las infraestructuras de comunicación en desuso próximas a desaparecer; dar respuesta a la demanda social de servicios turísticos alternativos; favorecer a la población el acceso a una experiencia deportiva, cultural, educativa y de contacto con la naturaleza, tratando al mismo tiempo de dar a conocer aquellas zonas consideradas de interés nacional; y favorecer el desarrollo sostenible de la zona de actuación mediante la potenciación de los recursos económicos, el fomento del empleo y el asentamiento de la población en su lugar de origen".

¿Se está logrando? La respuesta de la directora del Programa Vías Verdes, Carmen Aycart, es clara: "Hay una gran oportunidad de empleo, y así lo estamos promoviendo a través de nuestro programa, con el que intentamos informar, asesorar y formar para que la búsqueda de empleo sea más fácil".

Rutas accesibles

Esta forma de aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas formas de hacer turismo, se extiende por toda España. La Diputación Provincial de Málaga, junto con la delegación provincial de la Federación Andaluza de Montañismo (Fedamon), llevan más de siete años elaborando un programa anual de rutas de senderismo que permite a los interesados descubrir un pueblo malagueño por menos de 10 euros.

"Son rutas de entre 10 y 12 kilómetros, unas tres o cuatro horas a ritmo lento, accesibles y con poca dificultad, pensadas para personas de todas las edades", señala Javier Fernández Esteban, miembro de Fedamon y director del Programa Senderos, que al año desarrolla 64 rutas por la provincia costasoleña. "Con esta iniciativa se logra fomentar el turismo, ya que después de la ruta se visita el pueblo elegido, lo que contribuye a la economía local, puesto que se hacen gastos en los restaurantes, cafeterías, y demás", destaca Esteban.

Además, múltiples empresas están abriendo sus puertas alrededor del turismo de naturaleza, ya sea para alquilar bicicletas o para ofrecer comidas en mitad de un paraje. Múltiples fórmulas de conocer el entorno natural que adquiere para cierto sector de la población un cariz de motor económico.

Las infraestructuras ferroviarias españolas han cambiado mucho en pocos años, entre otros motivos por la llegada del tren de alta velocidad AVE a las vías españolas. Estas rutas, que ya no son utilizadas por el ferrocarril, están siendo convertidas en vías verdes para su uso turístico. En España existen más de 1.900 kilómetros de infraestructuras ferroviarias en desuso que han sido reconvertidas en itinerarios cicloturistas y senderistas en el mar
co del Programa Vías Verdes, coordinado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
 

Reciclando vías férreas

En palabras de la directora de este programa, Carmen Aycart, la labor de esta iniciativa consiste en "reciclar las antiguas infraestructuras ferroviarias que ya no se utilizan para darle un uso nuevo por parte de la sociedad de carácter ecoturístico y facilitar la movilidad sostenible para que puedan circular por ellas personas caminando, en bicicleta, silla de ruedas, patines, o cualquier sistema de movilidad no contaminante y que pueda así disfrutar del entorno natural y monumental de estos itinerarios". En definitiva, una nueva forma de hacer turismo de una manera accesible a cualquier tipo de persona.

De las 90 vías verdes con las que cuenta España, más del 90% de los trazados tienen una excelente accesibilidad, ya hablemos de discapacitados, niños pequeños o personas mayores.

"Al discurrir por antiguos trazados de ferrocarriles, tienen perfiles y pendientes muy suaves, con viaductos, túneles o trincheras que les permiten ir por zonas montañosas y abruptas, pero por un recorrido llano", señala Aycart, aunque hace una advertencia: "Puede suceder que en alguna de ellas el puente se haya derrumbado o no se haya podido reponer, por lo que obliga a subir alguna pendiente o a que parte del trazado tenga pequeñas zonas menos accesibles". Lo mejor, antes de adentrarse en la ruta elegida, es informarse de forma pormenorizada de la zona que vamos a recorrer, de la extensión, la dificultad, los servicios que nos ofrece, etc.

De estas 90 rutas que incluye el Programa Vías Verdes, puesto en marcha en el año 1993, la mayoría se extienden por el País Vasco. Es muy difícil dar unas cifras exactas de usuarios por las características de las infraestructuras.

Aún así, "en la vía verde de Girona, unos 120 kilómetros, se han contabilizado con contadores físicos 1.800.000 usos al año; es decir, que se ha utilizado la vía ese número de veces, ya sea por visitantes o por personas del entorno", comenta la directora del programa. En otra vía muy diferente, la de la Sierra, que discurre entre Cádiz y Sevilla, en una zona más aislada turísticamente, con menos población y en un ámbito muy rural, "se suman más de 100.000 visitantes al año".

Nuevas vías

Con la intención de ganar cada vez más adictos a esta práctica, desde la dirección del Programa Vías Verdes, los planes de futuro se centran en "seguir habilitando este tipo de senderos. Existen todavía 6.000 kilómetros de líneas de ferrocarril abandonadas".

La construcción del tren de alta velocidad ha influido en gran parte en ello, pero Aycart menciona que hace más de dos décadas, por decisión del Consejo de Ministros, se cerraron muchas vías que eran deficitarias y de las que quedan muchas por recuperar. También están las vías mineras, como ocurre en la zona de Río Tinto, en Huelva o de Ojos Negros, una vía de más de 200 kilómetros entre Teruel y Castellón. ¿La próxima en abrir? "La vía verde del Almanzora, en el tramo que va por Almería, pero depende del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que es el encargado en ejecutar la obra".

Precisamente, en este contexto, el Ministerio tiene prevista una inversión de 5,5 millones de euros para la recuperación de 33 kilómetros de la Vía Verde del Eo, entre Galicia y Asturias, en su recorrido por los municipios gallegos de A Pontenova, Trabada y Ribadeo, así como por el municipio asturiano de San Tirso de Abres. En la actualidad ya hay 12 kilómetros construidos del trazado de este antiguo tren minero.

Este proyecto contempla la restauración de diversos elementos, como una antigua estación, casillas ferroviarias, apeaderos y una estación hidroeléctrica, así como los puentes y túneles de este viejo ferrocarril. Asimismo, esta vía verde, que como todas será recuperada para peatones y ciclistas en su totalidad, dispondrá de paneles de información sobre la historia y la cultura de los elementos más emblemáticos del itinerario.

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