viernes, 30 de noviembre de 2012

HISTORIAS Y LEYENDAS... HOY: "La Dama de Carcas..."


Esta historia tuvo lugar en la ciudad fortificada de Carcassonne, en el sur de Francia, durante el sitio al que la sometieron los soldados del emperador Carlomagno, en la Edad Media. El sitio llevaba ya varios meses, y los habitantes de Carcassonne la estaban pasando muy mal. Los pocos defensores que tenía en esos momentos la ciudad estaban completamente extenuados y escasos de municiones, y el hambre se sentía con más fuerza que nunca en todas las casas. Daba tristeza ver a los niños llorando por falta de un pedazo de pan o un poco de agua, y a sus padres desesperados por conseguirlos, mientras se las arreglaban para esquivar como podían las flechas encendidas que lanzaban los atacantes y que caían envueltas en llamas en las calles o iban a dar a los techos de sus casas, amenazando con incendiarlas. La situación era en extremo difícil, pero los carcasonienses no estaban dispuestos a entregarse. En sus corazones alentaba todavía la esperanza de que el ejército de caballeros de Carcassonne regresara atiempo del servicio militar que estaba prestando en otra provincia y echara a los invasores, quienes habían aprovechado su ausencia para apoderarse de la ciudad.Los invasores, por su parte, también tenían sus problemas.Varias de sus catapultas estaban averiadas y las demás armas con que contaban carecían del poder suficiente para atravesar las gruesas murallas que protegían a Carcassonne. Sus soldados también estaban hambrientos y fatigados, y la gran capacidad de resistencia demostrada por sus enemigos empezaba a desanimarlos.

La situación se resolvió gracias a la audacia de una mujer carcasoniense, la dama de carcas, quien tenía a su cuidado el último cerdo guisado que quedaba en toda la ciudad. Dando muestras de una fortaleza y un valor admirables, se dirigió a lo alto de las murallas y lanzó el animal hacia donde estaba el ejército invasor. Los atacantes, al ver esto, concluyeron que en Carcassonne había todavía mucha comida y no valía la pena continuar con el sitio.
Fue así como, agotados y a punto de morir de hambre, los carcasonienses derrotaron a los poderosos soldados del emperador Carlomagno.



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