martes, 25 de septiembre de 2012

Parque Natural Cabo de Gata... HOY: SAN MIGUEL DE CABO DE GATA...

SAN MIGUEL DE CABO DE GATA:


El cabo entra en las aguas como el perfil de un muerto o de un durmiente con la cabellera anegada en el mar. El color no es color; es tan solo luz. Y la luz sucedía a la luz en láminas de tenue transparencia. El cabo baja hacia las aguas, dibujado perfil por la mano de un dios que aquí encontrara acabamiento, la perfección del sacrificio, delgadez de la línea que engendra un horizonte o el deseo sin fin del lo lejano. El dios y el mar. Y más allá, los dioses y los mares. Siempre. Como las aguas besan las arenas y tan sólo se alejan para volver, regreso a tu cintura, a tus labios mojados por el tiempo, a la luz de tu piel que el viento bajo de la tarde enciende. Territorio, tu cuerpo. El descenso afilado de la piedra hacia el mar, el cabo hacia las aguas. Y el vacío de todo lo creado envolvente, materno, como inmensa morada.”
Cabo de Gata - José Ángel Valente
Dicen que en la antigüedad este lugar estuvo tan poblado de focas monje, que los navegantes confundían sus gritos con los cantos de sirenas. De ahí el nombre de Arrecife de las Sirenas, lugar bellísimo, imagen repetida y representativa del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.
Sobre este arrecife se sitúa el faro. Desde el cerro de San Miguel o el de la Vela Blanca se observa una impresionante panorámica hacia el este y el oeste del parque: Las salinas, El Campillo de Gata, Cala Rajá, el Arrecife del Dedo, Punta Baja, San Miguel...
En Cabo de Gata, por el contrario, las plantas muestran una desacostumbrada rudeza, producto de su necesaria adaptación, y palmitos, pitas y chumberas preludian el paisaje del cercano desierto de Tabernas. Un horizonte reseco y polvoriento en el cual se intercala una estrecha línea costera rota por negros acantilados y bellas calas. Los acantilados no pueden ocultar su origen volcánico, pero si encierran pequeñas playas semivirgenes a las, habitualmente, sólo se puede llegar a pie y, en algunas ocasiones, únicamente por barco es posible acceder a ellas. En cualquier caso, el contraste de la roca negruzca con el agua argentina es suficiente invitación como para intentar, al menos, verlas desde la altura del barranco.

Arrecife de las Sirenas...

Fotografía:




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