Existen todo tipo de expresiones artísticas plasmadas de las formas más insospechadas. Del arte se puede decir que es todo aquello que te hace ser mejor, que te engrandece en algo y te perfecciona. Puede manifestarse de diversas formas pero es arte si es para beneficio y goce de los otros. Para Tamayo, el arte es algo real, algo que se enriquece con el trabajo manual; es ejecutar el oficio como artesano. Dalton Guetti reúne todas estas características: desarrolló la técnica de escultor y la ejecuta como artesano para el regocijo de los demás.
Dalton Guetti es un artista brasileño que elabora esculturas en el graffito de lápices de madera. A la edad de seis años, Dalton comenzó a tener contacto con las herramientas que más tarde serían sus instrumentos para producir su obra: una navaja de afeitar y un cuchillo de bolsillo, los cuales utilizaba para afilar sus lápices y colores a la hora de escribir en el colegio.
Más tarde, a los ocho años y por enseñanza de su madre, de oficio costurera, Dalton aprendió a coser, y por lo tanto, a manipular la aguja para dicha labor, lo que fomentó en él la habilidad en el trabajo de mano detallado. Al año siguiente, recibió de cumpleaños un juego de instrumentos de metal para niños, con el que comenzó a tallar y a construir sus propios juguetes y otros diversos objetos. De este suceso nació su interés por la carpintería, por lo que pronto empezó a esculpir con cuchillos, tijeras y a incorporar otras herramientas como el martillo.
A los 24 años se trasladó a los Estados Unidos, donde comenzó a tallar piezas de grandes dimensiones, pero fue hasta 1986 cuando decidió empezar a esculpir en miniatura, resultado de su interés por los seres vivos pequeños, como las plantas e insectos. Fue entonces que se propuso “crear las tallas más pequeñas posibles que se pudieran ver con ojos desnudos”.
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