miércoles, 28 de noviembre de 2012

Por tierras de Soria, recorriendo la suavidad de la meseta...

Una gran parte de la provincia soriana está vinculada a la elaboración de la mantequilla. Esta ruta por Soria es buena prueba de ello, ya que recorre los pueblos donde se fabrica, se detiene en la capital y finaliza en la denominada Soria Verde, donde pasta el ganado.
Iniciamos el recorrido en San Pedro Manrique, la villa más notable de las llamadas Tierras Altas. Su principal vía de acceso desde la capital es la N-111 hasta Garray, desde donde tomamos la CL-115 para llegar a Oncala y de allí continuamos por la carretera local SO-650.

El pueblo de San Pedro Manrique conserva casas tradicionales sorianas de los siglos XVI y XVII que conforman un pintoresco entramado de calles estrechas y empinadas. Conviene destacar su castillo, declarado Bien de Interés Cultural, así como la iglesia de San Martín de Tours, donde es posible contemplar un calvario gótico del siglo XII muy bien conservado, y la ermita de la Virgen de la Peña; a sus pies se celebra cada noche de San Juan el rito del Paso del Fuego.

Rutas de la trashumancia

Tomamos de nuevo la SO-650 con destino a Oncala. Desde la primavera hasta el otoño el paisaje que recorremos aparece salpicado de rebaños de ovejas merinas. Su encuentro nos prepara para la visita al Museo Pastoril, en el que se pueden apreciar las tradiciones asociadas a la trashumancia. Este desplazamiento anual del ganado desde las zonas altas destinadas a pastos de verano a las zonas bajas se ha practicado durante siglos en estas tierras.
Un viaje figurado nos lleva por la Cañada Real Soriana Oriental hasta el valle de Alcudia (Ciudad Real), mostrando las costumbres, los útiles y los parajes a lo largo de 700 km por el centro de la Península. El museo también enseña cómo era la vida de las mujeres que quedaban en el pueblo durante el duro invierno –a menudo rodeado por la nieve, pues se encuentra situado a 1.300 m de altitud–, y los cambios que la actividad ganadera produjo en el paisaje local.

En Oncala hay que visitar también la iglesia de San Millán, que alberga una colección de tapices bordados en la Fábrica Real de Bruselas, tejidos sobre cartones dibujados por Rubens y que, en origen, estaban destinados al convento madrileño de las Descalzas Reales.

Por la carretera local SO-615 nos dirigimos después a la capital, dejando a nuestro paso Estepa de San Juan y Garray; este último pueblo merece una parada, pues allí, en el Cerro de la Muela, se encuentra Numancia, asentamiento de varias culturas, especialmente la celtíbera y la romana, desde el siglo II a. C. al V.

La animación de la capital

La capital, Soria, es rica en paseos y monumentos. Es conveniente perderse por su bien conservado casco histórico, entre el bullicio capitalino y los numerosos monumentos históricos que nos salen al paso. La calle Collado y la Plaza Mayor están dentro de una zona peatonal con comercios, bares típicos y pastelerías de escaparates tentadores, en los que la Mantequilla de Soria es protagonista.
La iglesia de Santo Domingo, construida en el siglo XII y declarada Monumento Histórico-Artístico, es una joya del románico castellano. Tanto su torre como su fachada son espectaculares. Otra visita recomendable es la concatedral de San Pedro de Soria. De origen románico, fue posteriormente monasterio agustino, convirtiéndose, tras la reforma que siguió a su hundimiento, en un templo gótico renacentista donde destaca el retablo mayor y el claustro.

Antes de abandonar la capital, ya en el ecuador de la ruta, conviene hacer una parada en el parque Alameda de Cervantes, popularmente conocido como La Dehesa, un pulmón verde en cuyos árboles de gran tamaño viven numerosas ardillas. No hay que perderse, en las afueras de la ciudad, la visita al monasterio románico de San Juan de Duero, joya arquitectónica del siglo XIII famosa por los arcos de su claustro. Perteneció a la orden militar medieval de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.

El mar de agua dulce de Soria

Tras el descanso, la N-234 dirección Burgos nos acercará a nuestro siguiente destino: Abejar. Al abrigo de una loma que templa su clima, el pueblo está rodeado por impresionantes paisajes naturales –con bosques de pino albar, robledales y sabinares, hayedos, acabales– y por el pantano de la Cuerda del Pozo, conocido como el “mar de agua dulce” de Soria. Aparte de su entorno natural, tiene interés la ermita de la Virgen del Camino del siglo XVII, edificio de una sola nave con capilla mayor cubierta con bóvedas en forma de media luna.

Continuamos la ruta por la CL-117 entre paisajes naturales de gran valor ecológico y olor a pino, para llegar a nuestra última parada, Covaleda. Su término municipal se extiende entre las estribaciones de la sierra de Urbión y las de la sierra de Resomo en la denominada Soria Verde.
La propuesta turística de la zona está relacionada con varios rincones naturales, entre los que destacan el Raso de la Nava, el puente de Santo Domingo, la Piedra Andadera, la Mina del Médico o el puente de Soria, declarado Bien de Interés Cultural. Este último está situado a 2 km del casco urbano, sobre el río Duero, en una zona de gran valor paisajístico. También es impresionante, en el término de Vinuesa, la Laguna Negra. De origen glacial, está encajada entre laderas graníticas en plena sierra de Urbión y destaca por sus frías aguas, incluso en pleno verano.

Lo que tienes que saber

  • Productos de la zona
    El ecosistema de la provincia de Soria produce manjares muy solicitados por los gastrónomos, como los hongos y trufas. La oferta micológica de la provincia es única en Europa. La mejor época para adquirir o buscar ejemplares de Boletus edulis, colmenillas, senderillas, rebozuelos o llanegas siempre es el otoño, si bien en primavera y verano proliferan otras variedades. La apicultura también se ha desarrollado de forma artesanal, y la oferta va desde la miel de flores a subproductos como el polen o la jalea real.
  • Qué comprar
    Rica tanto en cereales como en productos lácteos, la provincia de Soria ofrece una excelente y variada repostería: roscos, bocaditos, dulces de monjas, sobadillos, magdalenas, tortas, chichorras, mantecadas, yemas, etcétera. En la capital resulta obligada la visita a La Mantequería York, donde además de comprar cualquiera de las tres variedades de mantequilla, podremos degustar tarta costrada, trufas o paciencias, un dulce típico parecido al caramelo.
  • Cuándo hacer la ruta
    La primavera, con sus días largos y templados, permite disfrutar al aire libre de paisajes y monumentos. En el inicio del verano, coincidiendo con San Juan, la capital y algunos pueblos de la provincia celebran sus fiestas patronales.
  • Fiestas
    La fiesta más destacada de la ruta es la del Paso del Fuego de San Pedro Manrique, declarada de Interés Turístico Nacional. Se trata de un ritual iniciático en el que los vecinos del pueblo participan generación tras generación. Quien logra superar la pirobacia -atravesar solo o con alguien a cuestas las brasas encendidas- se garantiza la vida eterna. Se celebra la noche del 23 de junio a los pies de la ermita de la Virgen de la Peña, concentrando a lugareños y turistas atraídos por un espectáculo en torno a una hoguera que convertirá mil kg de leña de roble en una alfombra roja de fuego (foto).
  • Sorpresa
    En esta provincia se encuentra el Punto de Nieve de Santa Inés. Situado en la Sierra de Urbión, al lado de la Laguna Negra, entre los pueblos de Vinuesay Montenegro de Cameros, se trata de un entorno natural donde es posible practicar deportes de invierno. La estación cuenta con dos remontes, una pista de esquí de 16 km, otra de perros con trineo de 12 km y también una de motos de nieve de 18 km. Cuenta, asimismo, con una pista de iniciación y otra de snowboard.
  • Visita obligada
    En Garray, se encuentran los restos de la ciudad de Numancia. El primer asentamiento del Cerro de la Muela se remonta a la Edad de Bronce; más tarde, en la Edad de Hierro, llega hasta allí la cultura castrense y en el siglo IV a. C. se asientan los celtíberos, que fueron derrotados en el siglo II a. C. por los romanos después de una prolongada y heroica resistencia. Numancia ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Los objetos recuperados en las sucesivas excavaciones realizadas se exponen en el Museo Numantino de Soria y en las salas del Aula Paleontológica del propio yacimiento.

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